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  1. Traducción del artículo The 13 Most Ridiculous, Insipid, No-Good, Terrible Passages from 'Fifty Shades of Grey'.

    Si nunca volvemos a leer otra frase describiendo la liberación de una "diosa interior", será demasiado pronto.

    Una semana antes que los novios a lo largo del país sean arrastrados a las proyecciones de “50 Sombras de Grey”,  el “drama erótico romántico” basado en el best-seller homónimo, decidimos dirigirnos a la fuente original del material. Nos hizo falta mucho whisky.

    No somos los primeros lectores en adentrarnos en el oscuro mundo del BDSM de E.L. James, juegos de esclavo y crímenes contra la metáfora. 50 Sombras de Grey – junto con la segunda y tercera entrega, 50 Sombras más Oscuras y 50 Sombras Liberadas – ha vendido más de 100 millones de copias en todo el mundo, batiendo el récord en el Reino Unido como el libro de de bolsillo más vendido de todos los tiempos (lo sentimos, Harry Potter).


    Un análisis rápido de la serie: El libro fue escrito originalmente como un fanfiction de Twilight, con el original nombre de “Master of the Universe”, publicado por capítulos bajo el seudónimo de Snowqueen’s Icedragon. 

    De acuerdo con el agente de James, “[Ella] optó por eliminarlo tras algunos comentarios sobre la naturaleza picante del material. Lo dio de baja y pensó ‘siempre he querido escribir. Tengo un par de novelas sin publicar por aquí. Voy a reescribir esto y crear estos personajes icónicos. Christian y Ana’”.

    La novela – nos mata llamarla, así pero hasta que publiquemos un libro que venda 100 millones de copias no estamos en posición para comportarnos como mocosos – reajusta el romance de especies cruzadas entre el vampiro Edward y el arquetipo llorón de Mary Sue, Bella en un Vancouver moderno, Washington. Bella, ahora llamada Ana, es una universitaria virginal de último año que debe entrevistar a Christian Grey, un misterioso billonario de 27 años. Lo específico acerca de lo que sigue realmente no importa: la chica parece incómoda, el muchacho está agresivamente atraído hacia ella pese a su falta de personalidad; la chica corre hacia el muchacho en una tienda local a comprar herramientas para utilizarlas con sus amantes; el muchacho trata que la chica firme un contrato sexual (pero sólo se lo da a entender en el ascensor); él le da la bienvenida a la chica al “Cuarto Rojo del Dolor”, etc. 

    Mete el remix de “Crazy in Love” de Beyoncé y deja que la (obvia y dementemente NSFW) prosa hable por sí misma. No digas que no te lo advertimos.

    Página 25: “O algo así”
    “Su voz es cálida y ronca como un bombón de chocolate y caramelo… o algo así.”

    Página 26: Que nadie acuse a E.L. James por saltarse las clases de neurología.
    “Y de una diminuta parte de mi cerebro que apenas utilizo —seguramente por debajo del bulbo raquídeo, cerca de donde habita mi subconsciente— surge una idea: ha venido a verte.”

    Página 50: Ana es el “Librito Rojo de la Vergüenza”.
    “Siento que mis mejillas vuelven a teñirse de rojo. Se deben parecer a la cubierta
    del Manifiesto comunista.”

    Página 52: Ana se prepara para su acercamiento.
    “Lo imagino como a un director de cine de los viejos tiempos, con pantalones de montar, un megáfono pasado de moda y una fusta. La imagen me provoca una carcajada.”

    Página 75: Christian es una serpiente; el deseo es un líquido visceral humeante y combustible.
    “Tiene los labios entreabiertos. Está esperando, alerta para atacar. El deseo —agudo, líquido y provocativo— arde en lo más profundo de mi vientre.”

    Página 103: De nuevo con metáforas estomacales mezcladas.
    “Las entrañas casi se me retuercen de deseo puro, vivo y pujante.”

    Página 116: La “diosa interior” está inconsolable.
    “La diosa que llevo dentro está fuera de sí, dando saltitos primero con un pie y luego con el otro. La expectación, pesada y portentosa, se cierne sobre mi cabeza como una oscura nube de tormenta tropical. Siento las mariposas en el estómago, además del dolor más oscuro, carnal y cautivador que me produce el tratar de imaginar qué me hará. Por supuesto, tengo que firmar ese condenado contrato… ¿o no?”

    Página 116: Ana reacciona ante una erección exclamando, ¡Madre mía!
    “De repente se sienta, me quita las bragas y las arroja al suelo. Se quita también los calzoncillos y libera su erección. ¡Madre mía!”

    Página 137: La felación le recuerda a Ana un pasillo de helados.
    “Empujo con fuerza y siento su miembro en el fondo de la garganta, y luego en los labios otra vez. Paso la lengua por la punta. Es como mi propia paleta con sabor a Christian Grey. Chupo cada vez más fuerte... Mi diosa interior baila merengue con algunos pasos de salsa.”

    Página 188: Ana revela que pasó el curso de los clásicos.
    “Me cautivas, Christian. Me abrumas. Me siento como Ícaro volando demasiado cerca del sol”

    Página 198: La palabra "atrás" es usada, y se muestran las virtudes del aceite para bebés.
    “Se sienta a mi lado y vuelve a bajarme con cuidado los pantalones. Sube y baja, como las bragas de una puta, observa con amargura mi subconsciente. Le digo mentalmente adónde se puede ir. Christian se echa un poco de aceite en la mano y me embadurna atrás con delicada ternura. Desde desmaquillante a bálsamo para un culo azotado… ¿quién pensaría que iba a ser un líquido tan versátil?”

    Página 5.734.437: ¡Christian sólo quiere ser amado!
    “¿Por qué no te gusta que te acaricien?” le pregunto, mirándole a esos ojos gris suave.
    “Porque soy 50 Sombras Arruinadas, Anastasia”.

    Página infinita: la diosa interior ha cambiado las clases de baile.
    “Mi más pequeña diosa interior se balancea en una samba victoriosa y suave”


    La escritura es infamemente terribleTras leerlo, Salman Rushdie declaró que “nunca había leído algo que estuviera tan mal escrito y que fuera publicado. Esto ha hecho que Crepúsculo se parezca a La Guerra y La Paz”.  En el New York Times, Maureen Dowd describió el libro “como escrito por un Brontë carente de talento” (un gran logro, considerando que el único Brontë decente es el hermano Branwell, quien evitó publicar novelas basura con el fin de beber hasta morir). Cuando Publishers Weekly nombraron a E.L. James como la “La Persona Publicada del Año”, el titular del New York Daily News proclamó: “La Civilización se acaba: E.L. James nombrada ‘La Persona Publicada del Año’ por Publishers Weekly.”

    Así que, ¿cuál es la atracción a Cincuenta Sombras? Resulta obvio y a un mismo tiempo completamente misterioso. Los lectores han sido atraídos hacia proclividades sexuales extravagantes en la literatura por al menos cientos de años: Donatien Alphonse François (mejor conocido como El Marqués de Sade e inspiración para el término “sadismo”) creó el concepto de Libertinaje, una filosofía predicada en la estricta indiferencia de las autoridades y lo convencional, la estrella guía de sus escritos en el siglo 18. Venus in Furs, publicada en 1870 por Leopold Van Sacher-Masoch, fue revolucionaria en la descripción de la mujer como figura dominante en una relación de BDSM. Más recientemente, Una Novela Sentimental por Alain Robbe Grillet fue alabada simultáneamente por su brillante escritura y una pesadilla tormentosa de leer debido a las descripciones sexuales de sadismo y tortura. 

    Pero ninguno de estos escritos, todos superiores en calidad, han vendido millones de copias a las amas de casa, universitarias y periodistas a lo largo del mundo. 

    Mientras que nos guardaremos nuestro juicio final de la obra de James hasta que asistamos a una presentación de la película basada en su trabajo, planeamos continuar con nuestra profunda lectura de Cincuenta Sombras con una extensa ducha y algo de Annie Proulx. O quizás Cincuenta Sombras más Oscuras. 

    Nuestra diosa interior está saltando de la anticipación. 

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